Diana Salmanca, miembro de la junta de la Corporación María Perlaza desde hace más de una década, comparte su experiencia ayudando a la organización a crecer, pasando de ser una pequeña escuela a una fundación que empodera a estudiantes y familias a través de la educación y las oportunidades.
¿Hace cuanto tiempo llegaste o te vinculaste con la Corporación María Perlaza?
Estoy vinculada con la corporación desde hace aproximadamente diez años. Mi contribución ha sido, sobre todo, desde el punto de vista comercial: he ayudado a estructurar el portafolio de la corporación para generar más rentabilidad, y de esta manera optimizar los recursos que tenemos.
Llegué gracias a una invitación de Esperanza para ser parte de la junta y aportar ideas. Creo que, si uno ha tenido ciertos privilegios en la vida, devolver algo a la sociedad es parte de la labor que debemos hacer.
¿Cual es tu mejor recuerdo o experiencia?
Ver cómo hemos crecido, cómo nos hemos ido expandiendo y cómo ahora la corporación apoya no solo a los estudiantes de primaria sino también a quienes pasan al bachillerato, es realmente emocionante. Pasamos de ser una corporación que tenía una escuelita, a ser realmente una organización que transmite conocimiento y genera valor, no solo en los estudiantes sino también en su núcleo familiar. Ver a esos niños convertirse en profesionales es, sin duda, la mayor recompensa para ese granito de arena que uno puede poner.
¿Hay algún aprendizaje valioso que te hayas llevado?
Más de lo que uno da, es lo que uno aprende. Cuando estás aquí te das cuenta de que las oportunidades hacen grandes seres humanos, y eso llena el corazón. Ver niños felices, mirando un futuro más prometedor a través de la educación, es la satisfacción más grande que podemos tener.
¿Algo que quieras decirle a tus compañeras exalúmnas del Liceo Benalcázar?
Muchas personas se preguntan: “¿Qué hago? ¿Cómo ayudo?”
Aquí está la respuesta: la Corporación María Perlaza. Es facilísimo, está aquí, en Cali, es de nuestra entraña. Incluso nos hemos expandido a otras regiones del Valle del Cauca.
La tenemos tan cerca, es tan nuestra, que quiero hacer una invitación especial a todas las exalúmnas del Liceo Benalcázar: las exhorto a vincularse con esta obra maravillosa, liderada por Esperanza y por todo el equipo que trabaja arduamente cada día por la educación de nuestros niños.


