Una jornada liderada por la profe Maritza, del Instituto de Ciegos y Sordos, para ayudarnos a ponernos en los zapatos del otro. Este importante ejercicio contó con la participación de estudiantes, talleristas, equipo psicosocial y administrativo de la Corporación Maria Perlaza, ayudándonos a empatizar y comprender el mundo de Juan David, uno de nuestros estudiantes que, a causa de un tumor cerebral, perdió su sentido de la vista y fue trasladado al instituto de Ciegos y Sordos. Este año Juan David retorna feliz a la sede María Perlaza, recibido con alegría y admiración por sus compañeros.
